viernes, 27 de diciembre de 2013

Hoy escribo desde un lugar mágico. Los que lo conocen me entenderán. Estoy rodeada de recuerdos. Os escribo desde “el puente” de mi maravilloso pueblo. El rincón más especial del mundo, ilusos los que digan lo contrario. Es 27 de Diciembre, en apenas cinco días despedimos otro año. Momento de hacer balances, de mirar para atrás y de recordar. Momento de resumir este año diferente, ni mejor ni peor que los demás. Creo que lo más importante que debemos hacer es agradecer que podemos sumar un año más a nuestra espalda, afortunados nosotros. Personas nuevas han aparecido en mi vida este año, a las que quizás conserve siempre, y otras a las que pierda en el camino, triste pero cierto, supongo que forma parte de la vida el cruzarse con miles de personas a lo largo del camino y conservar simplemente a las esenciales. 
Lo más triste de poner punto y final a un año es recordar a los que ya no siguen con nosotros. Yo este año en especial recuerdo a una persona y que mejor lugar para hacerlo que donde estoy ahora mismo. La vida nos lo da y nos lo quita todo. 
Es muy típico escribir acerca del final del año en estas fechas, pero de verdad creo que es necesario. ¿Qué hemos aprendido? Esa es la mejor de las preguntas. Cada año tiene su historia y cada momento su lección, y la de lecciones que me ha dado este 2013… Hay que caerse para aprender a levantarse y hay que vivirlo para contarlo, ya sea con sonrisas o con lagrimas. Despedimos otro año más y damos la bienvenida a un 2014, del cual esperamos lo mejor que pueda darnos. ¡Sean felices!

No hay comentarios:

Publicar un comentario