miércoles, 11 de diciembre de 2013

No hace falta preguntarse ni cómo, ni cuándo, ni por qué. Apareciste por sorpresa, sin avisar. No sé si es cosa del destino o simplemente tu sitio es este, sin más. En realidad creo que la vida me vio con ganas de jugar y te planto enfrente de mi en forma de reto, llamémoslo así. La RAE define la palabra reto como: “Objetivo o empeño difícil de llevar a cabo, y que constituye por ello un estímulo y un desafío para quien lo afronta.” Subrayen en amarillo fosforito la palabra difícil. Supongo que hay muchas clases de retos, pero a mi me ha tocado uno de los complicados. Por suerte o por desgracia el tiempo es lo que más rápido corre y como bien dice Andrés Suárez:¿Cómo convences a una persona en una noche, que lo que tu quieres es una vida y media?” Eso si que es un reto señores. ¿Hay segundos, minutos, horas, días suficientes para convencer a alguien de que se quede contigo, a tu lado para siempre? Creo que no necesitamos ni un minuto para pedirle a alguien que se quede, a la vez que le decimos que no se vaya nunca. Yo no decidí que entrases en mi vida, de hecho aun no sé quien lo decidió pero siempre tendré buenas palabras para él, eso lo aseguro. No necesito más retos, ni más de dos minutos para darme cuenta de que no quiero que te vayas nunca, sino que te quedes para siempre.

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