miércoles, 29 de enero de 2014


Me atrevo a decir que es una de las partes más complicadas, respondió. Querer y no poder. Debería estar prohibido. ¿Por qué diablos tenemos que decir adiós a la persona con la que queremos pasar el resto de los días? No exagero. Creo que ni tu ni nadie podría plasmar aquí y ahora todo lo que se siente. Me gustaría llenar los ojos de lagrimas a aquellos que se ríen de la palabra amor cuando ni siquiera lo han rozado con las yemas de sus dedos. Es como ver el vaso medio vacío, como intentar subir la montaña más inclinada sabiendo de ante mano que alguien tirara de ti hacia abajo. Tu, con miedo de la vida, del ser feliz, cuando ni siquiera aquellos que inventaron la felicidad saben como conseguirla. Yo, borracha de tantas decisiones, con frio en mis palabras y fuego en mis ojos. Pero nada quema más que el fuego cuando se acaba de apagar, cenizas de algo que fue y ya no será. Echar de menos aun no tiene fecha de caducidad, no sé si por suerte o tal vez por desgracia y lo de ser cobarde hace años que paso de moda, por eso yo, cargada de palabras y recuerdos, te escribo desde el otro lado de la felicidad. Como diría aquel cantante con guitarra y sombrero, sentado en un rincón del retiro, “un placer coincidir en esta vida.”

miércoles, 8 de enero de 2014

¿Sabes la cantidad de trenes que podríamos coger? Se levantó y la miró fijamente. No uno, ni dos, sino miles, millones… Llevo años paseando por la estación, día tras día, y nunca he encontrado respuesta a mis preguntas. No he encontrado el tren indicado en el cual subirme, pero ahora… ahora todo es diferente. Quizás pensabas que te llevaría a un restaurante de lujo, o a pasear por cualquier lugar romántico, pero he decidido traerte a la estación, y sin maletas, eso es lo más gracioso. Eres la primera que conoce este lugar, siéntete afortunada. Creo que no me atrevería a coger ningún tren sin tu compañía, al igual que pienso que me da igual cual coger si vienes conmigo. Eso del destino es para ilusos que esperan que las cosas ocurran, yo soy del otro bando, de los que creen que hay que hacer que sucedan, por eso hoy estoy aquí contigo, para hacerlas realidad.
En cinco minutos llega el próximo tren y me sobran cuatro de ellos para prometerte que no te vas a arrepentir, que lo de ser feliz empieza ahora. No pienses en el tiempo, ni en "¿qué pasara después?", solo se descubre viviendo, y nuestro tren viene en camino, sin destino, sin maletas, pero contigo de acompañante. Tu, mi compañera de la vida.