miércoles, 6 de noviembre de 2013

Pues aquí estoy, respondió. Te preguntaras que hago, 1 de Noviembre, llamando a tu puerta, después de tantos meses. Noviembre es la respuesta.
Han pasado diez meses y justamente he elegido este día para plantarme en la puerta de tu casa, sin flores, ni bombones, ni perritos de esos que salen de cajas con lazos, pero con muchas cosas que decirte. Noviembre me ha sacado de la cama esta mañana y me ha arrastrado hacia aquí, hacia a ti. Debe ser que le he gustado, pero eso es lo de menos. Quiero que sepas que este mes me da buen rollo, pero no ese buen rollo de amigos, cervezas, fiesta, no. Ese buen rollo de ti. Creo que son miles las cosas que podemos hacer juntos, empezando por no salir de casa en una semana, o más si quieres. Podemos vivir a base de cosquillas y de películas, aunque sean de esas empalagosas que te gustan a ti. Flores, llenaremos el salón de flores, pero a cambio nada de mascotas, creo que no estoy preparado para cuidar de alguien que no seas tu. La segunda semana podemos empezar a salir, pero de casa al aeropuerto, que ese sea nuestro camino. Lo del destino el cosa tuya, me da igual ir a China, a Caracas, a Rusia, mientras que mi compañera de asiento en el avión seas tu y te duermas al menos una vez cada viaje apoyando tu cabeza en mi hombro, mientras yo leo folletos sobre la ciudad que visitaremos y pongo cara de interesante a las azafatas. Podemos hacer miles de fotografías en cada uno de estos lugares, empapelar la casa entera con ellas y observarlas cada mañana mientras desayunas y a mi se me queman las tostadas, nada nuevo. Tengo una lista interminable de cosas que quiero hacer a tu lado, probablemente nunca termine de escribirla, y bueno... simplemente estoy hoy aquí porque me he levantado pensado que debe ser bonito quemar un calendario y hacer que empiece ahora mismo el resto de nuestros días. Me gusta noviembre. 

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